Más de una vez hemos oído hablar sobre la sarna en los animales domésticos, sobre todo en gatos y perros, pero ¿qué es exactamente la sarna? La sarna es una enfermedad de la piel y del oído externo que es ocasionada por un ácaro, más concretamente el que lleva su nombre, el ácaro de la sarna o Notoedres Cati.
Este ácaro se desliza debajo de la piel de los gatitos, donde empieza a desplazarse y cavar pequeños caminos o túneles, dejando a la vista llamativas zonas rojas. Es tan pequeño que apenas se puede ver si no eres un experto y pertenece a la misma familia de las arañas. Su ciclo se desarrolla entre 14 y 21 días, durante el que es muy fácil el contagio.
Hay distintos tipos de sarna, algunas afectan a la cabeza, otras a la piel y otras a las orejas, y pueden ser muy contagiosas tanto entre gatos, como perros o incluso a humanos. Pero no hay que temerlo, tiene fácil tratamiento, el problema es que tiene un porcentaje muy alto de contagio y es una enfermedad que hasta que no está muy avanzada puede pasar desapercibida.
¿Cómo afecta a los gatos?
Básicamente les puede afectar de dos maneras o en dos lugares determinados, en la piel de casi todo el cuerpo, especialmente en la cabeza y estómago, o en las orejas. La sarna que sale en la piel se denomina Sarna escamosa y la que se presenta en las orejas u oído externo es la Sarna del oído. La sarna en la piel ocasiona que se escame, de ahí a su nombre. Este tipo de sarna a veces se confunde con caspa. Suele presentarse en la cabeza de los gatitos, aunque puede aparecer por los laterales o todo el lomo.
La sarna en las orejas es bastante común, casi todos los gatos suelen sufrirla alguna vez. Nuestros gatitos cuando la sufren empiezan a rascarse con ansias, hiriéndose a si mismos. Posteriormente empiezan a ponerse tristes e incluso dejan de comer, comenzando a adelgazar drásticamente. Es una enfermedad peligrosa porque si no se trata adecuadamente nuestros gatitos corren el riesgo de morir.
Diagnóstico de la sarna
Los gatos que sufren de sarna, por regla general tienen la piel irritada, con rojeces y algo inflamada. En algunas áreas puede que el vello se haya caído considerablemente o solo un poco, y la piel dónde la alopecia se haya extendido puede llegar a sangrar.
Esto es más típico cerca y en el interior del oído, en el vientre y cerca de los genitales. Es más, un gato con sarna puede tener manchas en el pelaje ocasionadas por la enfermedad. En los casos más graves incluso se pueden llegar a ver las larvas de los ácaros, siendo de color amarillento anaranjado. Sus síntomas más obvios son:
- Comienza la pérdida de pelo. Suele empezar alrededor de las orejas y se puede extender hasta la cara y el cuello de nuestro gato. Incluso si es grave puede llegar a patas y bajo abdomen.
- Se presenta comezón. La piel afectada se les pone de color rojo y en lo que comúnmente llamamos 'en carne viva'. Observamos cambios en la piel. La piel por donde ha pasado la sarna se vuelve más frágil, más fina y arrugada.
- Empiezan a salir costras. Los gatos se rascan a causa del comezón y se limpian, causándose costras que pueden infectarse. Son de color amarillento. Se les pueden inflamar los ganglios linfáticos. Debe revisar que su gato no los tenga inflamados, pasando la mano por el cuello, los hombros, las axilas, la espalda, el abdomen y el interior de las rodillas.
Una vez nos hemos asegurado de que nuestro gato tiene alguno de estos síntomas y lo llevamos al veterinario, es fácil que éste sepa si nuestro minino está afectado por sarna, ya que el Notoedres cati es fácil de identificar con un simple raspado cutáneo de las lesiones. Su morfología es la que ayuda a que lo podamos identificar fácilmente, ya que éste ácaro posee las patas cortas y gruesas. Y son pequeños, miden menos de 1 mm.
¿Cómo se contagia la sarna?
Se contagia a partir de la piel, es decir mayormente con el contacto físico, pero a veces no es ni necesario el roce directo, simplemente basta con estar cerca de un infectado para que se produzca el contagio.
Por lo tanto si tu gato está en contacto con gatos callejeros, o con perros que puedan tenerla, o incluso simplemente arrope a su gato con una manta que pudo arropar anteriormente a un gato que no sabe a ciencia cierta si era portador o no del ácaro, puede ser contagiado. A veces hasta los seres humanos somos los que contagiamos a nuestros propios gatos, o al contrario.
Tratamiento y cura de la sarna
Para tratar y prevenir la sarna hay múltiples métodos. Pero lo mejor es que acudamos al veterinario a que él sea quien nos proponga un tratamiento, ya que pueden ser para prevenir más que para curar, o quizás nuestro gatito necesite algo más fuerte y agresivo. Sólo el veterinario puede saber qué tratamiento es el que necesita nuestro minino.
- Remedios naturales: Lo cierto es que no existen unos remedios naturales realmente eficaces, o que se note muchísimo el efecto. Ni para evitar que se contagien ni para por supuesto curarlos. La mayoría de estos remedios son el uso de aceites esenciales, o extractos de distintas plantas. Suelen indicar que untes la zona a tratar o que hagas lavadas a tu gato con agua después de hervir cierta plantas. Entre estas plantas están la mandarina, lavándula, citronella, orégano, poleo, pomelo, romero, etc...
- Antiparasitarios químicos: Los hay de distintos tipos, como pueden ser las pipetas, las tabletas, los inyectables o los champús, jabones, sprays, etc... Las pipetas son líquidas y se extienden a lo largo del lomo del gato siguiendo la línea de la columna vertebral, empezando en la cabeza. Las tabletas son píldoras o pastillas antiparasitarias.
Los inyectables son vacunas antiparasitarias, que funcionan muy bien para tener a nuestros gatos protegidos. Y los champús, jabones o sprays son lociones para bañar a nuestro gato o para rociar su piel y que tienen una eficacia menor pero ayuda a que sea constante y más efectiva si además usamos cualquiera de los otros métodos.
Cuándo consultar al veterinario
Cuando su gato empiece a rascarse ávidamente en ciertas zonas, que empiezan a enrojecerse de manera extraña, creando erupciones y la piel irritada. Cuando además de esto al gato se le empieza a caer el pelo debe usted acudir al veterinario para averiguar si es sarna, o si puede ser cualquier otro tipo de trastorno del tipo estrés o incluso alimenticio. Sobre todo si su gato ya no come y juega como antes.